lunes, 1 de septiembre de 2025

¿Por qué no fueron aquellas noches como soñé? Miguel Lerdo de Tejada y Jorge Negrete.

Miguel Lerdo De Tejada II
A inicios del siglo XX, México vivía una mezcla curiosa de esplendor y tensión. El Porfiriato estaba llegando a su ocaso: en las calles de la Ciudad de México se respiraba modernidad, pero también el peso de una estructura social rígida. El ferrocarril unía ciudades antes aisladas, la electricidad comenzaba a encender barrios enteros y los cafés y teatros eran punto de reunión para políticos, intelectuales, bohemios y músicos. En ese ambiente, la habanera —importada desde Cuba y transformada por el gusto local— se convirtió en el género musical de moda, llenando salones y plazas con su ritmo cadencioso y elegante.


Es en este escenario donde aparece Miguel Lerdo de Tejada II. De familia ilustre, descendiente directo de Miguel Lerdo de Tejada (figura central en la redacción de las Leyes de Reforma, particularmente las leyes contra el clero publicadas en Veracruz) y sobrino de Sebastián Lerdo de Tejada, presidente de México entre 1872 y 1876, Miguel no heredó la disciplina política de sus antepasados, sino un espíritu bohemio y musical. Para 1901, rondaba los 20 años y ya se había distanciado de su familia. Sus pasos lo habían llevado a los barrios bajos de la capital, donde sobrevivía componiendo canciones y tocando en reuniones, cafés y pequeños teatros.


Fue en esos días cuando, junto a su amigo Fernando Luna y Drusina —autor de la letra—, compuso una pieza extensa, estructurada en cinco partes: “Perjura”. La obra, considerada por muchos como el inicio de la música popular mexicana contemporánea, fue entregada a un editor que pagó 25 pesos de la época. Según relata el investigador Pavel Granados en el programa Dicen que por las noches de la XEB, Lerdo y su compañero gastaron aquella suma en una parranda de varios días, felices, pero sin imaginar que acababan de renunciar a los derechos de una de las piezas más importantes de su carrera.

El éxito de “Perjura” fue inmediato, pero su letra —atrevida para la moral de la época— provocó que fuera considerada inmoral y, por ello, prohibida durante años. Solo tras el fin de la Revolución Mexicana volvió a circular, ya convertida en un referente popular. Su arraigo fue tal que no tardó en llegar a la incipiente industria cinematográfica: bajo la dirección de Raphael J. Sevilla, la película “Perjura” llevó a la pantalla grande la historia detrás del tema, con la interpretación de Jorge Negrete, que le dio un mayor alcance a pesar de ser una pieza de antaño.


Luis G. Barreido y dos actrices en
"Perjura".
Pero “Perjura” no fue el único trabajo de Lerdo que terminó fuera de sus manos. También “Te Envié Violetas” y “La Danza de los Apuros” corrieron la misma suerte: vendidas, sin derechos, y sin que el compositor recibiera regalías cuando alcanzaron la fama. 


Años después se hace la cinta "Perjura" en 1937 y se estrenó el 14 de octubre de 1938, fue su director el gran Raphael J. Sevilla, con actuación en el piano del propio Miguel Lerdo De Tejada y orquestado por Manuel "el güero" Castro Padilla, en el elenco Jorge Negrete, Carlos López Moctezuma, Sara Garcia, Marina Tamayo, Luis G. Barreido y Eduardo "Nanche" Arozamena, con números musicales de Jorge Negrete, Luis G. Barreido y otro cantante más. 

En la cinta se interpretan exclusivamente canciones de Miguel Lerdo de Tejada, Jorge Negrete interpretando las dos danzas ("Perjura" y "Te Envie Violetas") y aparece el actor cómico español Luis G. Barreido cantando “La Danza de los Apuros”, una verdadera rareza dentro del cine de la época de oro, ya que no figura como cantante en mayores peliculas.

La historia discográfica de estas canciones añade más matices. La Victor Mexicana, consciente del éxito de Perjura, pidió a Jorge Negrete, quien estaba dentro del catálogo de artistas VICTOR, que la grabara. Así, en 1939 quedó registrada en el lado A, mientras “Te Envié Violetas” ocupaba el lado B. Sin embargo, esta última no fue lanzada comercialmente después de ese disco del año 1939, sino hasta 2013, cuando Sony Music Company la rescató como “tema inédito”, a pesar de ser un tema solo para los coleccionistas de los shellacs.


Aquí conviene aclarar un detalle que ha perseguido a la interpretación de “Perjura” con Don Jorge: E. Byron no fue quien acompañó a Negrete en “Perjura” y “Las Violetas”, sino que fue la Orquesta de Salón Victor. En grabaciones más antiguas, esta agrupación aparece bajo la dirección de Alfredo Cibelli, músico y director de orquesta que también trabajó con figuras como Carlos Gardel, Enrico Carusso y Juan Arvizu, a quien acompañó en clásicos como “Azul” y “Bésame En La Boca”. Su batuta también está presente en temas interpretados por el Dr. Alfonso Ortiz Tirado, como “Mañanita Fría” y “No Niegues Que Me Quisiste”.

Aunque el nombre de Cibelli deja de aparecer alrededor de 1936 en los discos Víctor, su labor orquestal es recordada como elegante y precisa, capaz de realzar las interpretaciones de los artistas más importantes de la época.

Los registros de Jorge Negrete en la RCA de 1938, posteriores a la filmación de Perjura, muestran su voz en plena juventud, interpretando con fuerza y nostalgia estos temas que, para entonces, ya tenían casi cuatro décadas de historia. “Perjura”, nacida en 1901, seguía siendo reconocida como el punto de partida de la música popular mexicana, aunque su autor jamás recibió más que aquellos 15 o 25 pesos iniciales (según las versiones), equivalentes hoy a centavos de peso. “Las Violetas”, compuesta el mismo año, tuvo un destino económico idéntico.

Senador Miguel Lerdo
de Tejada.
Sobre el compositor, vale añadir que Miguel Lerdo de Tejada II tuvo un hijo, Miguel Lerdo de Tejada III, de quien apenas existen datos. Todo indica que, como ocurre en muchas familias de artistas, el peso del legado y la dificultad de igualar la obra paterna limitaron su proyección. El nombre, sin embargo, quedó grabado en la historia musical de México gracias a las creaciones del padre.

Hoy, más de un siglo después de aquel pago que se fue en una bohemia parranda, “Perjura” sigue viva. Su melancolía y su cadencia resisten el paso del tiempo y las modas. Aunque el mercado actual se vea inundado de ritmos extranjeros y letras mínimas, esta habanera recuerda una época en la que la música se escribía con oficio, con versos largos y melodías para quedarse en la memoria. Es, en esencia, una historia de talento, injusticia contractual y permanencia cultural; la de un joven compositor que, sin proponérselo, dejó una huella imborrable en la música popular mexicana.


Canciones


De la pelicula

"La Danza De Los Apuros", Luis G. Barreido con la Orq. de Manuel Castro Padilla, danza de Miguel Lerdo de Tejada, 1938.
"Perjura" (ambas partes de la película "Perjura"), Jorge Negrete con la Orq. de Manuel Castro Padilla, danza de Miguel Lerdo de Tejada, 1938.
"Te Envie Violetas", Jorge Negrete con la Orq. de Manuel Castro Padilla, danza de Miguel Lerdo de Tejada, 1938.

De disco

"Perjura", Jorge Negrete con la Orq. Victor de Salón, danza canción de Miguel Lerdo de Tejada, 1939.
"Te Envie Violetas", Jorge Negrete con la Orq. Victor de Salón, danza vals de Miguel Lerdo de Tejada, 1939.

Texto y colección de David Huerta. La presente publicación se hace con fines de difusión cultural, sin ningún ánimo de lucros y para el conocimiento público del acervo musical mexicano.

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