Don Armando Pous Escalante ha partido al reino eterno de Nuestro
Señor, se cierra hoy un capítulo muy importante en la historia del
coleccionismo musical popular, pues el más grande e importante de ellos ha
partido, ha trascendido y se ha fundido en uno solo con el creador, con Dios
nuestro señor.
Don Armando, con el ocaso de tu vida se van tantas anécdotas
que envuelve, que recopila a tantos astros radiales que jamás han de volver, tu
arduo labor histórico, sonoro y de rescate no fue en vano, al contrario, será
base, alma, vida y corazón de muchos que, como tú, compartimos el gusto por la
música de ayer, de hoy y de siempre y quedará en letras de oro tu nombre en las
páginas doradas de la historia, nombre que sin duda alguna susurraran los fonógrafos,
las tornamesas y las radios por siempre hasta que El Altísimo regrese y te
restaure.
Armando, fuiste una gran persona, un gran amigo, un maestro,
mi maestro, alguien que me inspiró a entrar en el mundo del coleccionismo
cuando veía tu nombre atrás en los discos que editabas hace unos años atrás y
que, justo cuando conocí la Fonoteca Nacional y el hecho de conocerlo a usted,
el más grande de entre los grandes, a la leyenda viva de este mundo tan
cambiante, me impactó tanto su esencia, tan jovial y alegre y al brindarme un
poco de tu amistad, de tus palabras y tu trato, dejas una gran huella que
siempre he de llevar, muy difícil de olvidar y un recuerdo que, como dice
Chucho Martínez Gil, jamás he de olvidar.
Recuerdo cuando te conocí en persona, era ahí por el 12 de
diciembre, hace unos dos años, esa semana estaba al fin de vacaciones y quise
aventurarme en una ciudad desconocida a ir al lugar que, desde hace nueve años,
había querido tanto visitar, la Fonoteca Nacional, así fue, justo llegué y me
registre con Tania en la Audioteca cuando me paso a las computadoras y ahí
estaba esperando a que pusiera ella la clave cuando llegó usted a saludarle, le
reconocí y le pregunté a ella si usted era Don Armando Pous y, cuando me
presentó con usted, me quede anonadado, tanto había escuchado de usted, había
leído su nombre en tantos discos que era… WOW, simplemente fantástico, apoteosico, impresionante, verlo de frente, que verlo de frente, poder siquiera estrechar
su mano.
La única foto que
tengo con él,
hace casi un año!!
La dicha fue inmensa, fue como si un niño conociera a
Superman, no lo creía francamente y jamás creí conocer a tan importante figura,
al menos no en este mundo, fuera de lo virtual y, supe, cuando lo ví, que era
afortunado en poder conocerlo… los meses pasaron y fue fantástico su presencia,
cuando solía ir a la Fonoteca Nacional era, más que nada, para verlo y lo digo
francamente, con Dios por testigo, nunca supe cómo platicar con usted, pues
tantas eran las preguntas que no sabía por cual empezar.
Hoy muere el hombre, pero nace una leyenda, un mito, pues
nadie podrá jamás comprender el cómo encontraste tantos archivos sonoros, pero,
así como nadie podrá comprender, nadie podrá siquiera atreverse a igualar,
mucho menos eclipsar toda tu ilustre figura de un gran caballero del celuloide.
Vuela alto Armando, vuela alto y descansa al fin, descansa en paz.
¡Viva Don Armando Pous!
E. P. D
ResponderBorrar